Se debe formarse una noción preliminar de
que el problema en sí mismo o en competencia con otros, merece ser objeto de asignación de
recursos para solucionarlo.
Con el fin de conocer la trascendencia del problema puede examinar
sus repercusiones mediante la exploración de los efectos que ocasiona.
Los efectos pueden ser
de dos tipos: los que ya se vienen percibiendo efectivamente y los que se constituyen en
amenaza o peligro si el problema no es manejado oportunamente. Ambos deben incluirse.
Cada situación-problema identificada requiere ser resuelta, pero para facilitar la propuesta de
buenas soluciones es necesario antes conocer mejor el problema. El conocimiento del problema
consta por lo menos de dos partes:
• Conocer su importancia, sus incidencias, el peligro que representa, es decir, los efectos que
ocasiona. Este examen nos lleva a verificar que el problema “vale la pena ser resuelto”.
• Conocer la razón del problema, a qué se debe su existencia, es decir, las causas que lo
generan. Este conocimiento es la base para la búsqueda de soluciones.
En el ejemplo que nos ocupa, la causa del problema es: “la necesidad de establecer un
asentamiento humano lejos de una localidad con infraestructura educacional, lo cual se justifica
por la necesidad de generar un polo de desarrollo sustentable con disponibilidad segura de
mano de obra.
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